Comparados
con otros campamentos nuestra ratio es bastante reducida, para poder
proporcionar una atención más individualizada, ya que este es un aspecto que
consideramos fundamental.
Nuestra metodología será activa y
participativa, porque en cada una de nuestras actividades intentaremos que
todos los niños/as participen por igual, haciéndolos protagonistas.
Consideramos que el simple hecho de que
los niños/as este en contacto con la naturaleza, ya les proporciona una
experiencia vivencial que les puede aportar muchos aprendizajes en sí misma,
aún así, programamos actividades que les sean cercanas, que puedan realizar,
que resulten atractivas, y que al mismo tiempo les hagan descubrir una realidad
cercana, pero que les es en parte desconocida.
Pensamos que el permanente contacto
entre los niños/as de distintas edades es enriquecedor. En este caso concreto,
aunque la franja de edad no sea muy amplia, 8-11 años, se producen cambios
significativos en la actitud y personalidad del niño/a, por tanto las monitoras
nos encargaremos de organizar los grupos en base a nuestros objetivos.
Fomentando de esta manera, la interrelación entre los niños/as.
El funcionamiento y las actividades
establecidas en nuestra propuesta de campamento, pueden variar dependiendo de
las características de los grupos que recibamos. Con la finalidad de adaptarse
y cumplir sus intereses, necesidades y expectativas.
Una de nuestras labores como monitoras y educadoras
es crear en todo momento un clima de confianza y afecto en el que el niño/a se
pueda desenvolver con total seguridad. Debemos prestar especial atención a
aquellos niños/as que puedan tener dificultades a la hora de integrarse con el
resto del grupo, y diseñar estrategias en vista a su integración total.
El aprendizaje a través del juego, es
una de las bases fundamentales de nuestra metodología. Aprender jugando, es
decir, aprender de forma amena y divertida, en un ambiente distendido,
realizando actividades que nos resulten agradables y que al mismo tiempo sean
significativas.
Trabajar los afectos implica tratar a
cada uno de nuestros niños/as como un ser único y especial, y hacerles sentir
como tal para reforzar la seguridad en sí mismos. La expresión de los propios
sentimientos y emociones, y el entendimiento y aceptación de éstas en los demás
compañeros, fomentará una relación de comprensión, igualdad, compañerismo y por
tanto se creará una relación afectiva tanto entre ellos/as, como con el equipo
de monitoras basada en la confianza, el respeto y la compresión.
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